El río Bogotá (o río Funza, como lo llamaban los muiscas) es la principal cuenca hidrográfica del centro de Colombia, la cual se encuentra ubicada en la sabana de Bogotá y del departamento de Cundinamarca, sobre la cordillera Oriental.
Este importante cauce fluvial nace en el páramo de Guacheneque, en el municipio de Villapinzón, al nororiente de Cundinamarca, a 3.300 m.s.n.m. Tiene una longitud de 380 kilómetros, divididos en tres cuencas: alta, media y baja, que atraviesan 47 municipios del departamento de Cundinamarca y desemboca en el río Magdalena en Girardot, a 280 m.s.n.m.
Desde los años 50 se ha planteado la necesidad de tratar las aguas residuales de diferentes cuencas hidrográficas de la ciudad. Y han sido muchas las iniciativas de organizaciones y gobiernos locales para contribuir a la descontaminación del río Bogotá y a mejorar la calidad del agua y de los ecosistemas de la región.
Por eso, en el área de nacimiento del río Bogotá, en predios que hacen parte de la Reserva Forestal Protectora del Nacimiento del río Bogotá, se estableció el Nodo de Biodiversidad Guacheneque. Este es uno de los ocho nodos del Jardín Botánico de Bogotá (Proyecto Nodos de Biodiversidad) que busca generar procesos de investigación y apropiación social de la biodiversidad de la Región Capital de Bogotá.
Debido a la importancia del recurso hídrico y a su vez a la fragilidad del ecosistema, el Nodo Guacheneque está enfocado en la investigación y la conservación de la flora de páramo.
Así mismo, el Proyecto Nodos de Biodiversidad ha adelantado procesos de educación ambiental con la comunidad del municipio de Villapinzón. Ha aportado a organizaciones, líderes y funcionarios de la Alcaldía de ese municipio, contenidos y estrategias pedagógicas para fortalecerlos como intérpretes de la Reserva Forestal Protectora del Nacimiento del Río Bogotá.
Uno de los líderes ambientales es Vidal González, más conocido como el Guardián del páramo de Guacheneque, reconocido por cuidar el ecosistema y fomentar la conservación y la reforestación del páramo durante más de 25 años.
González, quien es oriundo de Villapinzón afirma que “hace muchos años había más agua en las lagunas, frailejones de más de cinco metros y había especies de animales como osos y venados. Pero por la intervención del hombre, los incendios y la ganadería, estas especies desaparecieron. Aunque si seguimos cuidando el ecosistema, las especies van a regresar aquí”. Para él el agua es fuente de la vida, pues “donde fluye el agua, fluye la vida”.
En el Nodo Guacheneque también se están adelantando obras de infraestructura que incluyen senderos y señalización, los cuales, próximamente se convertirán en un aula ambiental y ecoturística al interior del páramo para los visitantes.