El Jardín Botánico recibió la visita de estudiantes de cocina de la Escuela Taller de Bogotá. Los visitantes hicieron un recorrido por diferentes puntos del jardín y por el ecosistema de páramo.
La jornada inició en los laboratorios, en donde los estudiantes aprendieron sobre diferentes técnicas de transformación y conservación de alimentos.
Así mismo, se hizo la reflexión sobre la importancia de implementar estas formas de preservar los productos naturales. Pues de este modo, se alarga la vida útil y a su vez, se crean nuevas formas de consumo. Incluso, estas técnicas pueden ayudar a solucionar problemas de seguridad alimentaria.
El acceso a los alimentos es uno de los principales problemas globales. La solución práctica sería sembrar más y reducir el desperdicio de alimentos. Sin embargo, la siembra a gran escala también se ha convertido en un problema para la tierra. Sobre todo por los monocultivos.
Así lo indica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Pues, uno de los problemas de sembrar a gran escala está en que, a largo plazo, el suelo se puede volver infértil. Esto se debe principalmente a la extracción de cultivos sin sustituirlos, la reducción de la materia orgánica y la aplicación de agroquímicos.
“Hay que desincentivar el monocultivo y la explotación a gran escala de la tierra. Sobre todo para cultivos que afectan los ecosistemas. Del mismo modo, es importante diversificar los cultivos y salvar nuestras tierras que tienen productos endémicos”, reflexionó Javier Moreno, estudiante de cocina.
Es por eso que, en los Nodos de Biodiversidad del Jardín Botánico de Bogotá, en especial en Sumapaz y Usme, se viene incentivando la agrobiodiversidad. Consiste en darle uso a la tierra de manera amigable a través de la diversidad biológica relacionada con la agricultura. Por otro se están aplicando técnicas para preservar alimentos.
La conservación de alimentos como, por ejemplo la deshidratación o las harinas, son una forma innovadora de preservarlos. Para los estudiantes de cocina, aprender estas técnicas de conservación es muy importante y aplicable en su campo de estudio.
“Las harinas son uno de los elementos más utilizados en la cocina, en panadería, repostería y otros. Su aplicación es muy diversa y los productos a base de harina son muy buenos. Por otro lado, hay personas que no pueden consumir ciertos componentes como el gluten, de modo que, esto es una alternativa para este tipo de problemas”, argumentó Moreno.
El recorrido por el páramo tuvo énfasis en la importancia de plantas como el frailejón y la relación con el agua.
Catalina Méndez, también estudiante de cocina expresó que “es interesante conocer más sobre el páramo y los demás ecosistemas, para así mismo tener conciencia sobre ellos”. Además, “es importante preservar nuestra propia cultura, tradiciones y preservar alimentos propios. Conocerlos y darlos a conocer a las demás personas”, agregó.
El Proyecto Nodos de Biodiversidad – Conexión Bio, tiene ocho puntos de intervención lo largo de la ciudad – región. En los nodos se realizan diferentes actividades para que la gente conozca la biodiversidad y sus diferentes usos. Todo esto, en el marco de las actividades de apropiación social del conocimiento lideradas por el proyecto.
“Tenemos una gran cantidad de recetas y muchas formas de usar la naturaleza, que con el tiempo esto se ha ido perdiendo. Entonces, a través del proyecto estamos ayudando a rescatar todos estos saberes y productos nativos”. Afirmó Marcela Cáceres, Bióloga de Conexión Bio.